Algo en ella había cambiado. Su rostro, reflejaba la serenidad que da la SEGURIDAD. Tras la tormenta, su vida despertaba del letargo. Aun temblando de rabia, pero con determinación tomo su cartera y salió de allí con la certeza de no volver jamás. La verdad no quería ningún recuerdo que tuviese que ver con aquella relación. Una pequeña sonrisa se dibujaba en su boca -Estaré bien- se dijo a si misma. Mientras se acariciaba el pómulo que ya no le dolía tanto.
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