Un grupo de improvisadores se reúnen en la selva tropical para proponer escenas. El público tendrá el placer de juzgar estas propuestas. Se premiará con una banana a quien sugirió la escena si el desarrollo de la misma es placentera para los espectadores, pero si por el contrario la escena no satisface las expectativas del público, aquel quien la sugirió será castigado con una penitencia. Al final de la noche el improvisador con más bananas tendrá el placer de irse a la casa con el grandioso y siempre famoso ¡Gorila!
Es un espectáculo donde la espontaneidad juega un papel protagónico, donde se crean historias a partir de la interacción del público y los improvisadores. Aquí se enfrentan retos en vivo y en directo, cualquier cosa puede pasar, por esta razón cada función es única e irrepetible.
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