Hace dos mil años comenzó a escribirse la biografía de María, la madre de Cristo. Fue representada y descrita innumerables veces, pero cada paisaje de su historia tiene el mismo motivo: el motivo de una mujer que perdió a su hijo. La soledad después de la pérdida es infinita, la historia de la pérdida es inexplicable; Su viaje es un viaje a lo largo del borde de un abismo, donde cada pensamiento se convierte en una navaja y ninguna herida sana jamás.
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