Cuando Geronte y Argante regresan de un largo viaje, tras haber concertado el matrimonio del hijo del uno con la hija del otro, se encuentran con una sorpresa que desbarata todos sus planes: los dos hijos varones, dejados al cuidado de los sirvientes Scapin y Silvestre, se han comprometido con dos jóvenes de las que nadie sabe gran cosa y necesitan dinero para casarse. Scapin es el encargado de conseguir, a partir de toda clase de engaños y enredos, la autorización de sus padres para los matrimonios y de sacarles el dinero que necesitan.
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