Padre rico, pobre padre

Padre Rico Pobre Padre, Diego Trujillo expone con humor cáustico la condición de ser padre, en un mundo contemporáneo, en el que los “papitos” vienen genéticamente codificados para comportarse igual a las “mamitas”; Ellos también se embarazan, sienten antojos y mareos, dice Trujillo: “Partida de Sapos”. Haciendo referencia a la crianza que recibió de sus padres, se muestra a sí mismo como un desadaptado frente a las exigencias modernas que lo obligan a “sorrostricar al embrión a punta de estimulación temprana, hacer el oso en el curso psicoprofiláctico, o desmayarse en la sala de partos apenas nace el bebé”.

La obra es una reflexión descarnada y divertida que pone de manifiesto lo duro, lo malo y lo feo de ser papá. Desde la concepción hasta la adolescencia el actor hace un recorrido por situaciones que lo llevan a renegar de sus propios hijos y a buscar afanosamente una razón que reivindique la paternidad.

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