Entre Marcela y Gonzalo parece que todo está dicho pero nada está claro. Como las parejas desgastadas, sólo se encuentran para perderse juntos en ese laberinto sin sentido que es la lucha por tener la razón, y la pequeña discusión que empezó en el sofá, se extiende a todo un apartamento que termina convertido en una jaula donde cada cual es libre de sospechar o especular lo que quiera. ¿Terminarán separados? Tal vez sí, tal vez no. Esta comedia de amor y desamor vienen en el mismo empaque, y probablemente alguno de los dos acudirá al rescate para impedir que se dejen, que se pierdan o que se queden solos.
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