Es una poética puesta en escena que relata desde la energía del movimiento, la evolución de la esquizofrenia, introduciendo al espectador en los cambios abruptos de estado de ánimo del enfermo; entre la calma y la agresividad, la confusión, la limitación o la impotencia. Una lucha contra el tiempo, donde se va perdiendo el sentido, y se transita entre súbitos momentos de euforia y otros de tedioso silencio.
“Estaba en Cádiz presentando nuestra obra Frenesí y al día siguiente partí hacia Asturias para ver a mi madre que, precisamente, estaba internada por motivo de esta enfermedad. Para mí fue un choque muy grande y pensé: tengo que hablar de esto”, confiesa Tino Fernández. Desde ese mismo instante el director comenzó a investigar los recovecos de esta enfermedad mental, “y me di cuenta de que era mucho más común de los que pensaba.
Es así como surge esta pieza y un sinfín de preguntas sobre la vida de aquellos que la padecen o la ven padecer; ¿Enfermedad mental o fórmula de escape? ¿Dónde se encuentra la frontera entre la normalidad y el desequilibrio? ¿Es el cuerpo tan sólo la corteza de esa existencia alucinada? ¿Puede la piel atajar el desenfreno del espíritu; puede ella sola sostener la inestabilidad del alma? ¿A qué lugar parten las naves de la conciencia, allí donde la voz de la razón pareciera no alcanzarla?
Más información
Dirección:
Tino Fernández
Dramaturgia:
Juliana Reyes
Elenco:
Natalia Bedoya, Daniel Plazas, Ángela Cristina Bello, Luisa Camacho, Leyla Castillo, Sara Regina Fonseca y Luisa Fernanda Hoyos.
COMMENTS